María Yáñez
NORTEAMÉRICA.- En la capital mexicana hay un lugar que puede dar fe de cómo los canadienses buscan a través del cabildeo sostener las mejores relaciones con México en medio la renegociación del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN).
Se trata del Senado de la República, donde en los últimos meses se ha desarrollado un intenso lobby que transitan representantes de diversas de empresas, entre ellas, unas 200 mineras que tienen en juego en México alrededor de 15,000 millones de dólares en más de 942 proyectos.
“Los inversores canadienses no quieren reabrir la Ley Minera en el marco del TLCAN’’, advirtió Erika Silva, asesora de la Comisión de Comercio y Fomento Industrial en la Cámara Alta.
Pero el afán por las buenas relaciones no se reduce al legislativo. En el último año 19 ministros canadienses visitaron al país. Al primer ministro, Justin Tradeau, en octubre pasado, le siguieron otros prioritarios como Chhrystia Freeland, de Relaciones Exteriores, y William Morneau, de Economía.
El asunto es claro, coinciden analistas: el país de la hoja de maple pretende salvar el TLCAN o salir lo mejor parado posible con un acuerdo bilateral con México tanto por negocios como por protección a sus ciudadanos en este país que se contabilizan actualmente entre 15,000 y 18,000 personas.
“La comunidad canadiense es pequeña pero fuerte, empresas como ScotiaBank o Bombardier son bastante representativas, nuestra relación con ellos es madura y bien consolidada, aunque hayamos tardado en reconocerlo’’, señala Carlos López Portillo, académico de la Universidad Panamericana.
El principal grupo de esta comunidad está compuesto por jubilados, le siguen empresarios, altos ejecutivos, diplomáticos y hasta obreros calificados que vienen por periodos específicos. De todos ellos, un porcentaje significativo se enamora de México y consiguen que sus empresas los dejen como locales.
El interés empresarial de Canadá en México data desde finales del siglo XIX, cuando algunas de sus compañías llegaron asociadas al capital estadounidense o británico para invertir en electricidad, tranvías y agua potable en las principales ciudades.
Para 1910, The Mexican Trailways Co., controlaba casi todo el transporte en la Ciudad de México y The Mexican Light & Power, Ltd., tenía la distribución de electricidad hasta el cliente final en el Valle de México además de los más importantes centros mineros.
Estos precedentes catapultaron a las empresas actuales en el ramo de la minería como Goldcorp, Agnico Eagle, New Gold, Yamana Gold y otras que explotan siete de cada 10 minas de oro en Sonora, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Zacatecas, Jalisco, Guerrero y Oaxaca, los estados con mayor presencia de metales preciosos.
Desde la entrada del TLCAN en 1994, la relación de México y Canadá se ha fortalecido. El comercio alcanzó 41,000 millones de dólares en 2017. Según la Secretaría de Economía, en 2013 se tenían registradas 3, 308 empresas en México, equivalente al 5.8 % del total de empresas con inversión extranjera.
De ahí la preocupación por la presión que genera las negociaciones del TLCAN. Armando Ortega, presidente de la Cámara de Comercio de Canadá en México, explica que este sector está preocupado.
“El lobby es intensísimo, los canadienses desfilan constantemente por las oficinas de los altos mandos mexicanos porque la amenaza de quemar la piñata (TLCAN) está vigente”, dice el funcionario
A estas presiones —dice— se agregan discordias con pobladores en México que se oponen a las mineras. “Sufrimos de un estigma con poco reconocimiento en nuestra aportación, tenemos que convencer cada día a la sociedad de que somos un sector responsable, que incluso ofrecemos mejores salarios que la industria automotriz’’.
Otro asunto par atender por parte para los inversionistas en la minería son los cambios que podría traer el nuevo gobierno en la Presidencia de la República.
El candidato del Movimiento de Regeración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, ofreció a Napoleón Gomez Urrituia, líder del sindicato minero, una curul en el Senado para que pueda regresar de Canadá, el país que le dio asilo tras la explosión de la mina Pasta de Conchos en 2006.
Gomez Urrutia ha controlado a distancia el sindicato bajo la protección canadiense pero su retorno al país podría ser un parteaguas en la dirigencia y prioridades del futuro de la Minería en México y sus inversionistas canadienses.