Aura, de Carlos Fuentes, es uno de los libros mexicanos más analizados. Y mucho tuvo que ver que este autor, quien murió en 2012 a los 83 años, fue parte de una generación de escritores conocida como “El boom latinoamericano” y la polémica que desató un gris funcionario religioso.
Aura fue escrita muy rápidamente en 1962 (dicen que quizás tardó cinco días en escribirla) y tuvo cierto impacto pero luego revivió, por decirlo de alguna manera, cuarenta años después cuando Carlos Abascal, entonces secretario del Trabajo del gobierno de Vicente Fox, manifestó su descontento por algunos pasajes del libro.
Al funcionario no le gustó que la maestra de su hija, quien cursaba tercero de secundaria en una escuela católica, hubiera integrado esa lectura en el programa de estudios.
Abascal y otros padres de familia consiguieron que la maestra de literatura de sus hijas fuera removida y las adolescentes, de 15 años, no tuvieran que leer ni Aura ni Doce cuentos peregrinos, de Gabriel García Márquez.
Abascal dijo que “hizo valer su derecho a vigilar lo que lee su hija”, porque le parecía excesiva la manera en que Fuentes describió una escena sexual entre “Aura” y “Felipe Montero”, los protagonistas de su historia en la calle Donceles del Centro Histórico de la capital mexicana.
El pasaje que abochornaba a Abascal dice:
Felipe cae sobre el cuerpo desnudo de Aura, sobre sus brazos abiertos, extendidos de un extremo al otro de la cama, igual que el Cristo Negro que cuelga del muro de su faldón de seda escarlata, sus rodillas abiertas, su costado herido, su corona de brezos montada sobre peluca negra, enmarañada, entreverada con lentejuela de plata. Aura se abrirá como un altar. Murmuras el nombre de Aura al oído de Aura, sientes los brazos llenos de la mujer contra tu espalda. Escuchas su voz tibia en tu oreja: ¿Me querrás siempre?
¿Es digno de censura?
Aura es una novela breve que cuenta la historia de Felipe Montero, un joven historiador que es contratado por doña Consuelo, viuda del general Llorente, para que ordene y termine de redactar las memorias de su difunto marido. La condición es que deberá vivir en su casa, un lugar misterioso que permanece en las tinieblas para evitar el recuerdo del general.
En esta casa, Felipe conocerá a Aura, enigmática joven, sobrina de doña Consuelo, que se encarga de ayudar a la anciana con las labores domésticas, y por la cual Felipe sentirá una particular atracción.
La extraña relación entre la anciana y la joven, no obstante, lo llevará a pensar que la vieja mantiene como prisionera a la sobrina, por lo que Felipe se sentirá en la obligación de liberarla. Posteriormente, sin embargo, descubrirá que la dependencia de Aura de doña Consuelo va más allá de lo imaginable.
Doña Consuelo, incapaz de concebir hijos para el general, en su sentimiento de culpabilidad, empieza a experimentar con una serie de rituales mágicos que recuerdan a las prácticas de brujería (cría conejos y gatos, sacrifica a machos cabríos, se alimenta únicamente de vísceras), lo cual contrasta con la imagen que ofrece a Felipe.
Pero el historiador empieza a darse cuenta de que la forma en que se comportan doña Consuelo y Aura se escapa de lo común. La anciana y la sobrina tienen una extraña relación en la cual Consuelo tiene poder para controlar lo que hace.
Felipe se ha enamorado de Aura y en la idea de que la joven es una prisionera de la anciana. El quiere liberarla, pero esta se niega, y en el último de los encuentros amorosos se percata de que la vieja y la joven podrían ser la misma persona. ¿Por qué? ¿Para qué? Ahí ustedes lo descubrirán.
En su momento, Mario Vargas Llosa expresó su deseo de que el siguiente autor de la lengua en recibir el Premio Nobel fuera Carlos Fuentes. Poco antes, Fuentes declaró que, cuando se lo dieron a García Marquez (1982) se lo dieron a su generación, “a la novela latinoamericana que nosotros representamos en un momento dado”.
Aura es realismo mágico. Otra vez, el realismo mágico hace que en literatura ciertos hechos que serían imposibles en la vida real parezcan normales. El realismo Mágici fue muy explotado por esta generación conocida como “El boom” latinoamericano y se le conoce así porque por allá en los años 60, 70 y 80 autores del hemisferio en español se pusieron a explorar la sicología y la esencia de lo que eran en sus respectivos países. L
Los libros de Fuentes pertenecen a una estirpe profundamente latinoamericana que conscientemente se adjudicó la tarea de escarbar debajo de la superficie de nuestras ciudades y nuestras naciones para desentrañar su esencia, su alma. ¿Qué es ser mexicano? ¿Qué es ser peruano, colombiano, argentino?
Carlos Fuentes Macías
– Nació en Panamá (1928)
– Entre sus novelas, están:
La región más transparente, La Muerte de Artemio Cruz, Aura, Cambio de Piel, Tierra Nostra y La voluntad y la fortuna.