Cuentan quienes hicieron estudios de licenciatura en ciencias sociales en Cuba que en plena Guerra Fría y en pleno pleito ideológico entre capitalistas y socialistas, donde la Isla de Fidel Castro tuvo un papel relevante, que en la Universidad de La Habana se criticaba negativamente allá a toda la cultura estadounidense menos al cine y sus Oscares.
Y traigo el tema aquí no sólo porque ayer se entregaron de manera diferente por la pandemia, sino el porqué es interesante ponerse al día en los Oscares. Y bueno, lo que decían los catedráticos universitarios en el satélite soviético que era Cuba hace años es que el cine americano podría ser todo lo propagandístico posible, pero de que tiene calidad artística: la tiene.
Pasando por ese tamiz y por muchos otros en el mundo debemos de algún modo aplaudir a la película que por Sound of Metal, la película que ganó el premio al Mejor Sonido por su impresionante tratamiento del mundo de la sordera le dio el oscar a tres mexicanos: Jaime Baksht, Michelle Cuttolenc y Carlos Cortés.
La película trata la historia de un baterista de una banda de metal que comienza a perder audición por lo que tiene que encontrarle sentido a la vida y pues ahí se las dejo. Picados para que se animen.
“Sound of Metal” fue la única producción vinculada claramente al talento latinoamericano porque “El Agente Topo”, de Chile, no obtuvo la estatuilla en la categoría de Mejor Documental donde competía. Lo ganó, en cambio, “The Octopus Teacher”, que es una joya a la paciencia, a la perseveranza; un reconocimiento al reino animal y bueno. No sé si has tenido la oportunidad de verla, está en Netflix.
Yo lloré como un bebé…