Redacción México
NORTEAMÉRICA.- Orlando Estrada supo que necesitaría de otra opción para movilizarse después de tener cirugía de rodilla y darse cuenta que no tenía la fuerza en sus piernas para conducir con seguridad su vehículo. El veteranos de 82 años y residente de Los Ángeles ya no conduce más y solo viaja utilizando transporte público.
Miembro activo del Centro para Personas de la Tercera Edad St. Barnabas, Estrada participa como parte de AGEnts for Change y aboga por los derechos de los adultos de la tercera edad mientras inspira a otros a hacer lo mismo.
“Tengo 82 años de edad, pero me siento de 40. Soy uno de los afortunados,” dijo. “Estoy en medio del mejor sistema de transporte. Vivo en un hogar para ancianos donde todo está cerca. Dependemos del bus, tren, y el DASH. Nos da la flexibilidad de movernos a otras áreas y lo estoy disfrutando simplemente porque es muy fácil.”
Los recientes datos del Metro demuestran que los latinos constituyen casi la mitad de todos los usuarios del servicio de Metro, sólo en el Condado de L.A. Por lo que contar con transporte seguro y confiable es particularmente importante para los latinos.
De acuerdo con el Reporte de Calidad de Vida de Metro 2008-2015, 47% de los latinos toman el tren y un 61% toman el bus.
La historia de Orlando ilustra el papel central que desempeña la movilidad en la vida de muchos de los angelinos y sus familias y explica por qué por primera vez la AARP, una organización no gubernamental con 38 millones de miembros, está activamente apoyando y haciendo campaña a favor de la “Medida M” en California una iniciativa que podría generar un estimado de $ 860 millones al año para proyectos de transporte.
Si bien no existen precedentes de este nivel de participación en una campaña local para AARP en California, la Directora Estatal, Nancy McPherson, dice que ésta cae directamente en línea con la misión de AARP de mejorar la calidad de vida para todos a medida que envejecemos. “El transporte es un eslabón vital para conectar a las personas de todas las edades con sus comunidades,” dijo McPherson. “Hemos estado escuchando a nuestros miembros, y hemos aprendido que el resultado positivo final para los angelinos – para los niños jugando en las aceras, para los adultos en bicicletas, para los abuelos en una caminata por el barrio – es sentir que pueden vivir con seguridad vidas saludables y activas dentro de sus comunidades. La Medida M ayudará a hacer de esto una realidad.”
El problema en Los Ángeles, como en muchas otras ciudades de Estados Unidos, es la cultura del automóvil de grupos con mayor poder adquisitivo. Un reto a vencer de medidas con M que cada vez tienen mayor popularidad.