La propuesta del presidente Donald Trump de cobrar en su frontera sur por entrar a Estados Unidos como una garita de peaje es “electorera”, “poco viable” y “contraproducente” para sus ciudadanos y comercio, según analistas.
El pasado martes, Trump dijo que impondrá una “tarifa” a todos los autos que crucen la frontera sur de Estados Unidos desde México, con el fin de financiar el muro divisorio y que, de esta forma, sea el país vecino quien pague la barrera, informó el portal de noticias Bloomberg.
“México pagará por el muro. ¡Sí!”, dijo Trump a reporteros.
“Van a pagar en la frontera, a la entrada. Los autos que pasen. Va a haber una tarifa. Podemos imponer un impuesto”, aseveró el mandatario en un acto en Yuma, Arizona, en el que recordó su promesa de campaña de crear un muro a todo lo largo de la frontera sur que sería pagado por México.
Para el analista del Colegio de la Frontera Norte, José María Ramos, las palabras del mandatario estadounidense son meramente “una propuesta electoral” al calor del momento. “Estaba en la frontera y era oportuno para él, pero si de verdad quisiera golpear a México es más viable establecer un impuesto a las remesas y no lo ha hecho”.
Trump, quien reiteró que podría poner un impuesto a las remesas, ha sido criticado por no haber cumplido dicha promesa desde su triunfo en las elecciones de 2016, pues ha tenido que recurrir a millones de dólares facilitados por el Pentágono para financiar la construcción, lo que ha llevado a una disputa legal con el Congreso, que no autorizó este gasto.
“Ahora tiene otros problemas como la manera en que se van a usar los recursos para las pandemia”, destacó Ramos
Irineo Mújica, activista binacional de la organización Pueblos sin Fronteras, Trump no está haciendo más que usar otra vez el “discurso gastado” antimexicano como un distractor.
“Es un maestro del show, no lo olvidemos”, advierte. “Y necesita show para su reelección porque su popularidad va a la baja y puede perder el poder en noviembre”.
Algunos residentes en Tijuana, mientras tanto, comenzaron a hacer cuentas. Cristian Chávez, por ejemplo, calcula que, si cobraran 10 dólares por día aún le convendría ir y venir, pero, si lo subieran más sería complicado.
“Es absurdo lo que piensa hacer porque beneficiaría al comercio y servicios mexicanos porque se iría menos allá para hacer algunas compras que se pueden hacer aquí”, advierte. “Quienes sufrirían serían los comercios de allá”.