Araceli Martinez
NORTEAMÉRICA.- En una festiva ceremonia celebrada en una tienda de artículos eróticos, la actriz porno Stormy Daniels, conocida en español como “La Tormentosa Daniels”, recibió las llaves de la ciudad de West Hollywood.
No conforme con darle el más honroso reconocimiento que una autoridad municipal brinda a un personaje distinguido, el alcalde John Durán y los concejales de West Hollywood, proclamaron el 23 de mayo como el Día de Stormy Daniels.
En un tuit, la ciudad de West Hollywood publicó: “en estos tiempos tumultuosos, Stormy Daniels ha probado ser un ejemplo de valentía al enfrentar al poder con la verdad, aún bajo las amenazas a su seguridad y extrema intimidación de la presente administración”.
Stormy Daniels libra una batalla legal contra Donald Trump en relación a una aventura amorosa que tuvieron hace más de una década. El presidente ya estaba casado con Melania y su hijo Barron, tenía cuatro meses de nacido.
La estrella del cine porno demandó al presidente Trump para invalidar un acuerdo de confidencialidad, pactado antes de la elección presidencial de 2016, que buscaba prevenir que ella hiciera público el encuentro.
Para entender por qué West Hollywood le rindió tributo, tendríamos que tomar en cuenta que es una de las ciudades más liberales de California. Además es la meca de la comunidad gay del condado de Los Ángeles. El propio alcalde John Durán, es un abogado abiertamente gay.
El encuentro entre Trump y Daniels se hizo público en enero cuando trascendió que el abogado de Trump, Michael Cohen le pagó a Stormy Daniels 130,000 dólares para que mantuviera la boca callada.
El soborno se selló con el acuerdo confidencial, pero como Trump no lo firmó, Stormy Daniels decidió demandar para anularlo.
Trump ha negado el affair. Desmintió que se haya usado fondos de la campaña presidencial para comprar el silencio de la actriz porno. Más tarde, no le quedó otra más que aceptar que reembolsó el dinero a su abogado.
Es por seguro que el escándalo de infidelidad y soborno no afecte la carrera política de Trump ni genere su destitución.
Pero lo cierto es que los millones de estadounidenses que reprueban su gestión, están deseando que de alguna manera lo ponga en peligro, sobre todo por la probabilidad de que haya usado fondos de campaña para silenciar a la estrella del cine para adultos. Esto sería una violación a la ley federal.
Dicho todo esto, vale la pena preguntarse de nuevo, por qué West Hollywood brinda reconocimiento a Stormy Daniels.
Simplemente porque a pesar de que la actriz porno recibió presuntas amenazas de muerte cuando quiso contar su historia hace cinco años, siguió adelante y demostró que no le tiene miedo al poder del estado.
Como nadie lo había hecho, ha puesto en ridículo a Trump, contando con lujo de detalles, ante 22 millones de televidentes, en una entrevista para el programa 60 Minutos de la cadena CBS, que tuvo sexo sin protección con Trump una sola vez y hasta hizo que se bajara los pantalones para darle unas nalgadas con una revista en la que el presidente aparecía en la portada con sus dos hijos mayores. Y todavía más, dijo que “es malo en la cama”.
A partir del escándalo, su tour erótico Qué América vuelva a ser cachonda, titulado así en abierta burla al lema de campaña de Trump, Qué América vuelva ser grande ha registrado llenos totales en los clubs de strippers de Estados Unidos.
No le ha importado exhibir la infidelidad de Trump sino que ha hecho público lo que podría ser su modus operandi, el soborno con el uso de abogados como intermediarios para negociar sus indiscreciones mientras él lo niega todo. Una táctica que muchos temen que el presidente podría usar para asuntos de estado verdaderamente serios.
Stormy Daniels se ha convertido en una válvula de escape para sacar el malestar de una amplia población estadounidense contra el presidente.
El mandatario que suele ser un bravucón contra los débiles, esta vez ha sido extremadamente precavido en sus señalamientos contra Stormy Daniels. No nos extrañe que la estrella porno continúe recibiendo llaves de otras ciudades liberales no solo por confrontar al presidente de la nación más poderosa del mundo sino por desnudar sus debilidades más íntimas.
No imaginamos a una ciudad mexicana rindiendo tributo a una actriz porno por desafiar en los tribunales al presidente de México. Es difícil siquiera pensar que ante el nivel de impunidad y corrupción, decida tomar ese riesgo. Sería acallada con plata o plomo.
Eso sin contar con que es muy probable que la sociedad mexicana, no esté aún lista para reconocer y respetar que una mujer que se dedica al cine para adultos, tiene los mismos derechos que cualquier otra.
* Periodista en Los Ángeles