NORTEAMÉRICA.- El gobierno de Jalisco quiere aprovechar la coyuntura de las políticas migratorias del presidente estadounidense, Donald Trump, en contra de personas originarias de países musulmanes y anunció que abrirá las puertas a todo el talento tecnológico que podría resultar perjudicado por la medida –frenada por ahora en tribunales- y que actualmente trabaja para gigantes como Google, Apple, Facebook, Tesla, Amazon, Expedia, etc.
“We want you”, publicó en una carta abierta difundida en medios estadounidenses durante esta semana, según confirmó el gobernador Aristóteles Sandoval. “Estamos listos para trabajar contigo.”
La entidad, de alrededor de ocho millones de habitantes, ha logrado establecer desde años atrás un clúster de tecnología en el que se mueven anualmente alrededor de 21 mil millones de dólares, aunque en la fama mundial es más bien conocida por ser la cuna del mariachi, el tequila y la salsa picante.
“Hoy, las cadenas de valor son globales; la generación de conocimiento y la movilidad del capital humano especializado también es global. Detener este flujo atenta no solo contra los derechos humanos, sino contra el potencial de crecimiento económico y la calidad de vida de millones de personas en diversos países”, argumentó Sandoval.
Trump pretende bloquear alrededor de 60 mil visas de siete países: Irán, Irak, Siria, Libia, Somalia y Sudán, de donde proceden especialistas altamente calificados en desarrollo tecnológico que actualmente laboran en Silicon Valley.
“Por eso, a las medidas que son producto de la necedad, la cerrazón y la intolerancia, en Jalisco las enfrentamos con creatividad y apertura: talento genera talento”, agregó Sandoval.
En las últimas horas desde el anuncio, el estado no ha tenido aún una respuesta concreta sobre el posible interés de las empresas de consolidar alguna sucursal en México o apoyar a su talento para su traslado.
Por lo pronto, Jalisco no es el único interesado en ver llegar a los cerebros de la tecnología para tocar sus puertas. En días pasados, la ciudad de Vancouver, a través de sus autoridades, levantó la mano como un gesto de buena voluntad y un ganar-ganar en la adversidad de la era Trump.