Ya se corrieron las dos primeras carreras de la temporada y las victorias se repartieron entre Charles Leclerc y Max Verstappen. En ambas fechas vivimos un duelo entre los pilotos de Ferrari y Red Bull respectivamente.
La intensidad con la que ambos pilotos compiten entre sí es incluso más férrea e intensa que la que observamos la temporada pasada.
Pero esta rivalidad no es nueva y se remonta desde los días de karting de ambos corredores. Y desde entonces se podía ver la impresionante agresividad con la que los dos corrían. Dicha agresividad e ímpetu los llevó a ambos a competir en la máxima categoría y a tener grandes actuaciones dentro de la misma.
En esta temporada tenemos otra buena rivalidad que se puede convertir en una grandiosa. Ambos tienen máquinas que están a la par de sus capacidades y tendrán las herramientas para luchar por el título de pilotos. Solo hemos visto los primeros dos episodios de esta contienda y no nos han decepcionado. Ambos nos regalaron un intercambio de maniobras y adelantamientos que nos mantuvieron al borde del asiento.
Lo cierto es que esta nueva vieja rivalidad nos regalará otra memorable temporada de Fórmula 1, como lo fue la pasada. Tanto Leclerc como Verstappen han madurado lo suficiente como para competir con la intensidad y agresividad a la que nos tiene acostumbrados pero sin cometer errores. El futuro de la Fórmula 1 se ha convertido en el presente. Leclerc y Verstappen ahora son el presente de la máxima categoría del automovilismo.