Sólo por escuchar la historia de Sósimo Nieto yo hubiera atravesado el mundo. Por verlo sentado en el portal de su casa con su porte de hombre bravo, vestido con una camisa de cuadros y un sombrero de ala corta en el inconfundible estilo del México campesino.
Pero no fue necesario salir de México para encontrarlo, sino cuestión de unas horas porque Sósimo Nieto, de 79 años, vive en Bella Vista del Río, una comunidad del estado de Queretaro que calza una nostalgia profunda, de cuando allá, en el cañada, estaban sus casas con árboles frutales y había agua y peces y tierra y no lo que hay ahora: una presa hidroeléctrica que cambió aquella gloria en 1993 en afán del progreso.
Sósimo mira ahora una foto antigua y trata de ubicar su casa que quedó sumergida bajo el agua del progreso en el lugar que visitamos este segundo día en equipo de radio. Él busca en el mismo lugar, aunque sabe que ya no esta.
Desde ahora se genera la luz que abastece a gente de varios kilómetros a la redonda, de varios estados, de varios aparatos eléctricos en los cuáles alguien mirará nuestros videos y textos; la busca cerca de Tzibazá, donde se construyeron 12 cabañas románticas en medio de la presa para cobrar 1400 pesos a cada turista: un negocio en manos de 93 comuneros que alguna vez vivieron en alguna de las tres comunidades que sepultó el Gobierno mexicano.
En Tzibzá hay también un restaurante de varias estrells con una vista panorámica y un negocio de lanchas donde se come pescado fresco y tortillas hechas a mano, lejos de la nostalgia de Sósimo Nieto y más cerca de la actualidad que se construye bajo las sombras de las higueras, de los papayos y tantos árboles como historias.
Historias como la de “El Prieto”, quien después de ir y venir tantas veces a Estados Unidos decidió sentar cabeza y abrir el hotel El Arbolito a esperar turismo, pescadores deportivos, amantes del escape de la ciudad. O la de Felipe Rivera quien tiene una empresa de aire acondicionado en Atlanta porque prefiere comer mojarra a lado de la presa Zimapá.
Las nuevas generaciones se han olvidado del río y sólo si les pregunta repiten lo que han contado los padres y los abuelos; leyendas de niños y adultos que supuestamente desaparecieron porque hacía falta hacer sacrificios humanos para que no se tronara el concreto de la obra que cambió para siempre el panorama de Hidalgo.
Pero Sósimo no da crédito. Sólo sabe que allá en el río estaba la vida de un campo y de un México que quedó atrás.
1 Comenta
Cómo es posible que este sr. amlo no tenga conciencia, yo en lo personal soy apolitica no creo en ningún político sea de cualquier partido porque a todos su fin es obtener dinero al por mayor, esa es solo su meta ROBAR Y LES IMPORTA UN COMINO LOS MEXICANOS. Es tanta su voracidad de tener dinero del pueblo y el pobre más pobre no demuestran valores ni un poco de humanidad para nada. Este sr. amlo si en minúsculas porque es una chinche chupa sangre con boca de vampiro. Desgraciadamente se agarra de la gente pobre e ignorante con sus minidespensa o minipensiones y con eso los tiene contentos. Y en México hay más pobres que ricos, clase media que si estamos conscientes del gran engaño de este señor el maestro del gran show. De acuerdo a lo que informan es un clan que a ver con qué otra bajeza salen. Gracias.