Una curul en el congreso federal, sufragio electrónico y una reforma que ayude a comprometer más a los paisanos con su país
NORTEAMÉRICA.- Hablar del voto en el extranjero es remontarnos a la lucha de los derechos políticos plenos de los migrantes mexicanos que viven fuera del país. Por ello, la importancia de que exista en el Instituto Nacional Electoral (INE) un área encargada del mismo.
Independientemente de que la participación en los últimos comicios para Presidente no fueron los esperados, hay, desde mi perspectiva, una gran oportunidad para ir perfeccionándolo con el fin de acallar las críticas que lo tachan de un error, ya sea por su costo o porque los potenciales votantes —la mayoría migrantes que viven en Estados Unidos— no tienen conexión con México y son ajenos a lo que sucede en el país.
Ambos argumentos son derribados con el simple hecho de garantizar los derechos políticos plenos a todos los mexicanos, vivan donde vivan. Me parece que hay una preocupación de la clase política del país que radica en la suposición que, ante una eventual credencialización y participación masiva en las elecciones presidenciales futuras, el control del resultado de la elección no estaría en México, sino vendría del extranjero.
Paralelamente, también hay un debate de cómo y en qué proporción se les dará una mayor representación política a los migrantes en la Cámara de Diputados y de Senadores, por lo que se tendría que dar una reforma política-electoral para crear la sexta circunscripción electoral en Estados Unidos, donde habitan la mayor parte de nuestra diáspora.
Pero aquí no acaban las barreras; además, se tendría que legislar sobre las campañas políticas en el extranjero —actualmente prohibidas—, así como mejorar la modalidad del voto dado que las usadas, hasta el día de hoy, no han ofrecido resultados esperados. Si bien es cierto, existen las herramientas tecnológicas para optar por un voto electrónico, el cual se sigue con el estigma de la desconfianza en los procesos electorales dentro y fuera del país.
Paisanos, sin plan ni dinero en la 4T
De igual manera se corre el riesgo que, en caso de que la participación sea masiva, esto contribuya a aumentar los sentimientos nativistas y de rechazo a la comunidad mexicana que acudiría en masa a los consulados donde hubiera un módulo del INE para obtener su credencial para votar (o sufragar), misma que dejando a un lado el interés económico de los consulados, podría sustituir a la matrícula consular, que es una importante fuente de ingresos de la red consular en la Unión Americana.
Lo anterior viene a colación por los foros que la dirección del voto en el extranjero del INE está llevando a cabo en los Estados Unidos y que tienen la finalidad de recoger las inquietudes de la comunidad migrante, como también ir acumulando marcos de referencia con lo que respecta a las modalidades del voto en el extranjero.
Por lo que escuché durante mi participación como ponente en la “Mesa de diálogo sobre acciones que favorezcan la representación y participación política de la diáspora mexicana”, organizada por el INE y el Consulado de México en Dallas el pasado 24 de mayo, hay una amplia coincidencia de que la opción más viable y económica es la del voto electrónico, que, dicho sea de paso, podría ser un preámbulo para que esta modalidad sustituya la actual de voto en urna. La idea no es nada descabellada más aún en tiempos de austeridad republicana.
Habrá que confirmar si existe en esta 4ta Transformación la voluntad política para dar este gran paso y dotar, mediante una mejor modalidad de voto, derechos políticos plenos a la comunidad mexicana transfronteriza que, con la actual coyuntura política del país, no veo ninguna razón contraria del grupo en el poder dado que en múltiples ocasiones se ha expresado a favor de las causas y derechos de los migrantes.
Estaremos pendientes de la siguiente mesa a celebrarse próximamente en la ciudad de Chicago, donde curiosamente hace algunos años varios líderes mexicanos comenzaron la lucha por el voto en el extranjero. Suerte y éxito a los funcionarios del INE y a las autoridades del consulado; Chicago será un sínodo que amerita profesionalismo y mucha seriedad.