NORTEAMÉRICA.- Pensé que todo lo relacionado con los trámites federales o estatales en los Estados Unidos era cosa del pasado. No fue así. Como nuevo residente en el Estado de California y buen ciudadano acudí en los primeros días del año a tramitar el cambio de domicilio de mi licencia al DMV (Department of Motor and Vehicles) del Centro, California.
Mi primera sorpresa fue que el lugar permanentemente se encuentra abarrotado, por lo que dejé el trámite para otra ocasión. Investigué con amigos y descubrí que los sábados por la tarde, dos horas antes del cierre, era lo más idóneo para realizar el trámite.
Llegué a las 3:00 de la tarde con la documentación necesaria: tarjeta de residencia, comprobante de domicilio (que debe de estar a nombre de la persona que realiza el trámite o, de lo contrario, no lo aceptan) licencia a renovar y la tarjeta del seguro social, en caso de que la licencia tenga el valor de una “Real ID”.
¿Real ID? ¿Qué es eso?, cuestioné a la empleada del DMV. “Es parte de la ley Real ID. A partir del día 1 de octubre de 2020, el gobierno federal requerirá que su licencia de manejar o tarjeta de identidad cumpla con los requisitos de la Ley Real ID si desea usar estos documentos como identificación para abordar un avión de vuelos domésticos o entrar a bases militares y la mayoría de las instalaciones federales” replicó.
Quedé mudo y continué con el trámite. Decidí que sólo haría el cambio de domicilio de mi licencia de manejo ya que había olvidado la tarjeta del seguro social. Entregué la documentación, pagué 35 dólares (sólo aceptan pagos con tarjeta de débito o efectivo), firmé los formularios, llené en línea de la solicitud, hice un examen de la vista y me tomé las huellas digitales.
Pasé a una ventanilla donde creí que el trámite finalizaría. Pensé que me tomaría la foto y esperaría que mi licencia de manejo llegara a casa, tal y como lo hacía cuando cambiaba de domicilio o renovaba el documento de mi estancia en Chicago, Illinois. No fue así.
Luego de la toma de la foto, la empleada me sugirió que hiciera el examen escrito -teórico- para demostrar mi conocimiento de las leyes viales del Estado de California. El fantasma de los trámites volvía aparecer. Dudé unos instantes, pero acepté el reto. Accedía a la terminal que estaba disponible en la sección de exámenes en línea, ingresé el código y contesté lo que pude porque a pesar de que hacía más de 15 años que no hacía un examen de manejo en Estados Unidos, había muchas variantes con respecto a las leyes viales de Illinois y preguntas técnicas complicadas. El resultado fue obvio: un desastre.
Pedí mi guía de estudio para presentarlo de nueva cuenta una vez que revisara a conciencia el documento. Tengo dos oportunidades más para hacerlo. Salimos del lugar; iba triste, tenía mucho que no experimentaba el sentimiento de fracaso en un examen, pero la experiencia me dejó tres enseñanzas.
La primera es la de ser más empático con mis alumnos en época de exámenes; la segunda, por más conocimiento de un tema, en este caso el de las reglas de tránsito del Estado de California, uno no puede confiarse y finalmente, hay que estar atentos a los cambios en la legislación de seguridad en Estados Unidos, su implementación y darle la importancia que se merece.
Porque muchos indocumentados en los Estados Unidos no podrán viajar en vuelos nacionales después del 1 de octubre de 2020 si no presentan un Real ID o pasaporte vigente. Las licencias de manejo que obtuvieron en Estados donde hay políticas amigables con los migrantes como California ya no serán válidas.
En caso de este grupo de personas no estén conscientes de ello, no solo quedarán limitadas a la transportación terrestre, sino que serán vulnerables y sujetas de detención en los aeropuertos. Este tipo de información se debería de dar a conocer de manera insistente y persistente en campaña de información de los cónsules y líderes comunitarios, en redes, y medios de comunicación local. Urge, como mi lencia.