NORTEAMÉRICA.- Trump amenazó con imponer un 20% más de impuestos a las maderas de procedencia canadiense. El problema parte de dos conceptos de explotación de los recursos: en EU la tala de madera se hace en terrenos particulares explotados por compañías privadas mientras en Canadá las tierras dedicadas a la explotación son gubernamentales y los madereros pagan una cuota por la explotación. Este último modelo no es bien visto por los empresarios gringos que acusan a los canadienses de competencia desleal debido a que la renta tiende a la baja y esto da mayor competencia en el mercado: anualmente exportan alrededor de 21,000 millones de dólares anuales. “Nos tienen inundados’’, afirman. El primer ministro Justin Tradeau ha hecho un llamado a la calma y al análisis pero no llegan a ningún acuerdo: el último tratado expiró en 2015. La guerra de las langostas Estados Unidos y Canadá han tenido pocas disputas territoriales en su historia conjunta, pero una de ellas gravita entre Maine, estado del mismo nombre y New Brunswick, Quebec. Se trata de dos islas — Machias Seal y North Rock— que no tienen valor militar o territorial, sin embargo, económicamente es de importancia vital para los pescadores de ambos países porque la cantidad de langosta que aquí se encuentra podría llegar a aportar hasta 10% de la economía de esos estados. Este conflicto se han mantenido en constantes desacuerdos y acuerdos no escritos desde 1783, pero en 2017, con el precio de la langosta por los cielos, nuevos langostinos han entrado agresivamente en aguas que ambos países reclaman como propias. “Alguien va a morir’’, dijo recientemente a la prensa local John Drouin, presidente del distrito del Consejo de la Zona de Langosta de Maine, quien es parte activo lobby en ambos países que amenazan con llevar el caso ente la Organización Mundial de Comercio. Disputa por la aviación Las dos compañías más grandes de aviación en el mundo, Airbus (empresa británica) y Boeing (empresa estadounidense), reciben partes de miles de empresas aeroespaciales alrededor del mundo, entre ellas la canadiense Bombardier que después de años de únicamente vender partes a el gigante Boeing decidió en 2016 hacer su propia aeronave, un pequeño avión de la Serie C que competirá por primera vez con el avión más pequeño de Boeing, el 737 y para lo cual, el gobierno canadiense prestó a Bombardier 372.5 millones de dólares. El gigante estadounidense no se quedó callado y con el respaldo de su gobierno acusó ante la OMC a Bombardier de recibir trato preferencial subsidiario por parte del gobierno canadiense que a su vez a alegado que la competitividad de las aerolíneas europeas como Airbus se debe justamente a los subsidios británicos, alemanes o franceses, según sea el caso.
El hoyo de los refugiados Entre los inmigrantes ilegales que entran a Estados Unidos por la frontera con México se encuentra un grupo numeroso cuyo interés no es quedarse en Estados Unidos, si no que quieren pasar hacia Canadá. A este perfil se agregan inmigrantes de países musulmanes y otros inmigrantes amenazados de no volver a recibir papeles de refugio en EEUU que ven en territorio canadiense una nueva oportunidad por se éste un país que es mucho más sensible y abierto al asilo. En 2017 más de 1,800 solicitudes de asilo de ciudadanos australianos fueron rechazadas para dar espacio a los 7,000 refugiados de países provenientes del Oriente Medio que no fueron recibidos por los EU. Justin Trudeau ha dicho que el parlamento comenzará a discutir cómo resolver el problema provocado por la política antiinmigratoria de Donald Trump. La expulsión de los Iroquis Los iroquis, una comunidad indígena binacional que comparte una reserva ecológica protegida por las leyes estadounidenses y canadienses, comenzó a sufrir desde 2014 el impacto de un cambio en las leyes de EEUU que, con la autorización del Senado, permite en la región del noreste de Nueva York (sudeste de Canadá) la construcción de gasoductos que han destruido poblaciones enteras y poco a poco han desplazando a los indígenas hacia el norte. El crecimiento de estas comunidades del lado canadiense ha provocado un nuevo plan de gastos para los canadienses en salud, educación y seguridad social, independientemente de las violaciones a pactos multinacionales de protección ambiental por parte de los EU que tiene a su vecino a disgusto y ya solicitó una revisión los acuerdos regulatorios de comunidades binacionales.