NORTEAMÉRICA.- Los partidarios de la legalización de la marihuana en México consideran que se deben seguir los pasos de Estados Unidos, donde se ha logrado legalizar la cannabis en 24 estados desde congresos locales, mayoritariamanente para uso medicinal, pero también recreativo en Washington, Colorado y Alaska que se han contrapuesto a las políticas federales.
¿Podrían hacerlo de igual manera cada uno de los 32 estados mexicanos? La respuesta de analistas políticos difieren en la viabilidad de esta estrategia, aunque aún coinciden en que prevalece el centralismo y un férreo control desde el gobierno federal.
El diplomático de la embajada de EEUU en México, Jeffrey Eric Zinsmeister, concuerda: “ellos tienen más mercado, una renta disponible alta y una cultura más abierta al uso de drogas”.
El analista político Nicolás Loza, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, no considera que se avecine una legalización pronta y, menos aún, por esta vía: “la variación de las leyes locales en México es muy baja, nosotros somos un país más centralizado, no tenemos el modelo de federalismo” que tiene la Unión Americana.
Si bien en ambas naciones la ley federal lo considera ilegal, a diferencia del homónimo mexicano, Barack Obama, se ha visto abierto al debate y acepta abiertamente la despenalización.
Por eso, Loza descarta el sistema “estado por estado”, pues en nuestro caso se trata de prohibiciones constitucionales que “atañen a todo el territorio” ya que nuestra constitución es muy extensa y diferente a la de EEUU. Quizás lo único que se logre es seguir una ruta centralizada, “pero incluso para eso falta mucho todavía”.
Jorge Chabat, analista del CIDE, tiene una visión más optimista y considera que sí es probable que México adopte el modelo de EEUU porque también aquí la postura (liberal o conservadora) no es la misma en todos los estados.
“Si los amparos que acaban de aprobarse imperan, la Corte tendrá que declarar inconstitucional la prohibición, lo que implicará una inmediata regulación en todo el territorio y el esquema de la regulación en cada estado entonces sería probable.”
Aunque el Estado mexicano haya dado un gran paso aprobando su uso lúdico, sólo marca el inicio de futuros debates sobre el control de su comercio, por lo que el proceso está en duda todavía, pues el mismo portavoz del Gobierno Federal aseveró que: “la resolución no obliga a cambiar ninguna ley”.