NORTEAMÉRICA.- El panorama para la senadora electa Nestora Salgado, ex comandante de la Policía Comunitaria de Olinalá, Guerrero, es poco alentador si pretende incluir en su agenda iniciativas de ley que “pongan candados” a la entrada de empresas mineras en la Montaña y Costa Chica, donde desde 2010 la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias- Policía Comunitaria (CRAC), mantiene un rechazo hacia cualquier tipo de concesión.
En 2010 cuando representantes de mineras canadienses llegaron a las instalaciones de la Casa de Justicia de San Luis Acatlán de la CRAC para avisar que harían procesos de exploración, fueron rechazados por la policía comunitaria que comenzó, entonces, una campaña contra la minería a cielo abierto en Guerrero.
En esa fecha también se formó el Concejo Regional de Autoridades Agrarias en Defensa del Territorio de la Montaña y Costa Chica (CRAACDT), la cual ha emprendido una estrategia para evitar la incursión de trasnacionales mineras en la zona donde la canadiense Camsim, que no ha podido iniciar operaciones, tiene vigentes concesiones en Paraje Montero, Malinaltepec y Zitlaltepec.
Para continuar esta lucha, la activista no sólo tendrá que lidiar con la reapertura de seis causas penales –entre éstas secuestro agravado– que apeló la Fiscalía General del Estado, sino también con los personajes que estuvieron en contra de su postulación por Morena, como Miranda de Wallace y Alejandro Martí, además de grupos dentro de la CRAC, por ejemplo, la Casa de Justicia de Ayutla donde la ven como “una traidora”.
“Todos estos problemas le van a pesar porque le restan de alguna manera legitimidad y capacidad de maniobra en la agenda que ella vaya a sacar adelante en el Senado”, explica en entrevista la politóloga de la UNAM, Marcela Bravo.
Aunado a esto, Nestora Salgado también tendrá que enfrentar las pugnas y falta de unidad que haya dentro de Morena con la llegada de expriístas y expanistas a sus filas.
Entre sus compañeros de partido en el Senado serán el ex líder del PAN Germán Martínez; Marybel Villegas Canché, quien ya pasó por el PRD, PRI y el PAN; y el exgobernador del Revolucionario Institucional, José Antonio Cruz Álvarez. Todos a favor de una agenda de apertura a la inversión extranjera.
“Ahí es donde le pueden surgir las dificultados a Salgado para echar su agenda adelante porque se hicieron compromisos y negociaciones con tantos que representan intereses muy distintos e ideológicamente son tan dispersos”, pronostica la académica Bravo.
Justo esos intereses contrarios estarán representados en la Cámara Alta por el dirigente minero Napoleón Gómez Urrutia, acusado de haber beneficiado a empresas canadienses. La Red Mexicana de Afectados por la Minería (Rema) y la Organización Familia Pasta de Conchos, auguran que desde el Senado podría defender intereses de las mineras.
¿Qué tanto podrá luchar Nestora Salgado contra Gómez Urrutia? Poco, pues su influencia será menor debido a su inexperiencia política y desconocimiento en el tema de la minería.
“Nestora va a entrar en un proceso de aprendizaje, no tiene experiencia en el tema minero, viene de un proceso de defensa del territorio desde el punto de vista de la seguridad, aunque sí conoce a los pueblos que están en la defensa del territorio, no le es tan ajena la lucha, pero ya en el Senado va a requerir de mucho oficio político”, destaca Miguel Ángel Mijangos Leal, integrante de la Rema.
Aunque Salgado no ha hecho algún pronunciamiento hasta ahora en el tema de la minería en Guerrero y sólo ha tenido reuniones con madres de desaparecidos en la entidad, integrantes del CRAACDT evalúan si acuden con ella, pues esperan que por lo menos sea quien les dé voz para que se atiendan sus demandas contra las mineras.
El problema central para la lucha antiminera en territorio de Nestora es que Andrés Manuel López Obrador ha dado señales poco claras e, incluso, contradictorias. Por un lado, el futuro mandatario mantiene un discurso nacionalista pero no se sabe bien para qué quiere cerca a “Napito”.
“Ojalá Nestora sea un referente de fuerza y de voz para los que estamos gritando contra las mineras desde otras tribunas, eso sería un avance”, apunta Mijangos.