NORTEAMÉRICA.- Aunque todavía Para la mayoría de las personas los piratas del Caribe son una sangrienta anécdota histórica. Para las nuevas generaciones solo son una referencia a una popular serie de películas que por enésima vez los convierte en figuras románticas.
Para una minoría, sin embargo, son una brutal realidad en la parte sur del mar Caribe. Nadie sabe exactamente dónde está su base, lo único es que una región marina entre la costa este de Venezuela y la Isla de Trinidad y Tobago se ha convertido en un refugio para delincuentes y contrabandistas surgidos -según las últimas versiones- a partir de la crisis venezolana.
Esos modernos piratas -no tan al día como los que actúan en el estrecho de la Malaca o tan audaces como los de las costas de Somalia- resultan sin embargo dignos sucesores de Boysie Singh, el pirata que hasta su ejecución en 1957 aterrorizó esa región desde las mismas islas de Trinidad y Tobago.
Los más afectados actualmente son de nuevo los habitantes de Trinidad, la más grande de las dos islas y la mas cercana a la costa nordeste de Venezuela.
De acuerdo con un recuento de prensa, aquellos que navegan las aguas del Golfo de Paria son objeto regular de las atenciones de los modernos delincuentes.
Pescadores, entre sus víctimas
“Hay unos 50 pescadores en el pueblo que han tenido roces con ellos, ya sea siendo robados o secuestrados. “Nuestra única posibilidad es pescar en la oscuridad, para que no nos vean, o comprar motores más grandes para poder ir más rápido que ellos”, contó el pescador triniteario Gerry Padarath en una entrevista con la BBC. “Todos les tenemos miedo ahora”.
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Un informe sobre la piratería en el mundo, elaborado por la organización no gubernamental One Earth Future, consignó que en 2017 se registraron 71 asaltos de este tipo en el Caribe, la mayoría de ellos en el litoral venezolano. De acuerdo con el texto, el aumento de 163 por ciento respecto a los 27 de 2016.
En el reporte, con el nombre “Oceans Beyond Piracy” (Océanos más allá de la piratería), el grupo compara la situación con la que se vivió en Somalia tras la guerra civil y las hambrunas. Grupos de ex pescadores y pequeños contrabandistas se dedicaron a la piratería de los grandes cargueros que pasaban por el Cuerno de África.
Y al igual que en el Caribe, muchos de estos modernos piratas también fueron antes pescadores.
Reportes de las agencias Bloomberg, The Associated Press y del grupo InsightCrime, especializado en seguir temas de delincuencia en América Latina, hicieron hincapié por su parte en que el origen de esta moderna piratería en el Caribe esta en. La situación venezolana, al puntualizar que “la política de nacionalizaciones impulsada por los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro destruyó la industria”.
Puede ser, o no. El hecho es que las acciones de piratería parecen un seguimiento progresivo a partir del auge del contrabando que crearon los sucesivos y crecientes problemas de suministro en Venezuela.
El informe detalla el paso de los pañales a la gasolina, las drogas y las personas.
“Los contrabandistas intercambian todo, desde armas, vodka y gasolina. A pesar de la inflación masiva de Venezuela, la gasolina todavía cuesta alrededor de 40 centavos por galón, una fracción del precio de las bombas de Trinidad. En Venezuela, los pañales y los alimentos se acumulan “como barras de oro”, informó Bloomberg.
Otro ejemplo; una bolsa de harina de trigo que cuesta cinco dólares en Trinidad vale 20 dólares en Venezuela.
Y la misma relación, o quizá mas acusada, se da en otros terrenos y productos,
enmedio del caos, nuevos delincuentes