“Es evidente que no vamos a suministrar gas gratis. Eso se puede afirmar con toda seguridad”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria.
El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció la semana pasada que el país rechazará el pago del gas ruso en divisas, incluido el dólar y euro, y que cobrará solo en rublos los suministros a los países “inamistosos”, entre ellos, los de la Unión Europea (UE), Estados Unidos o Reino Unido.
La noticia feneró inquietud en Occidente, donde varios países anunciaron que no estaban dispuestos a comprar el combustible si había que realizar el pago en rublos rusos. El Kremlin insistió hoy en que, en la situación actual, el país no puede “dedicarse a la caridad”.
Según Peskov, ese comportamiento no es “ni posible, ni conveniente” para Moscú, que afronta múltiples sanciones impuestas por Occidente.
Se espera que, el 31 de marzo, el gigante gasístico ruso Gazprom, que por el momento mantiene sin cambios los suministros a Europa, así como el Banco Central y el Gobierno ruso, informen a Putin sobre las medidas a tomar para transferir el pago por el combustible en rublos.
Los ministros de Economía del G7 coincidieron el pasado lunes en calificar de “inaceptable” la exigencia.
“Todos los ministros coincidieron en que exigir el pago en rublos constituye una violación de los contratos vigentes. Un pago en rublos es inaceptable y pedimos a las empresas que rechacen la petición de Putin”, dijo el ministro alemán, Robert Habeck.
Alemania desempeña este año la presidencia de turno del grupo de países que reúne a las principales potencias económicas mundiales.
Por otra parte, Habeck dijo que la exigencia de Putin puede verse como un síntoma de que las sanciones al banco central ruso que impiden el comercio de divisas con otros países lo tienen “contra la pared”.