NORTEAMÉRICA.- La lucha política estadounidense, simbolizada por la asunción de la nueva mayoría de la oposición demócrata en la cámara de Representantes (diputados) aparece como dominante en la agenda regional, no solo en el futuro mediato sino probablemente este año y mas allá.
La declarada animosidad entre demócratas el presidente Donald Trump se puede reflejar de mil maneras, incluso en objeciones al nuevo acuerdo comercial norteamericano concluido el año pasado.
Pero más que nada, es probable que el acerbo debate esperado resulte en una parálisis del gobierno
estadounidense o al menos en un continuo obstruccionismo con impactos que pueden ser negativos en
la economía y el comercio regionales.
Mas aún, pueden esperarse investigaciones y acciones que busquen llevar a la iugnaiòn constitucional del presidente Trump, con las naturales resistencias del mandatario y sus aliados.
La situación es ligeramente mejor en México, básicamente porque la coalición que encabezan el
presidente Andrés Manuel López Obrador y su Movimiento de Regeneración Nacional (Morena),
apenas empieza su desempeño y tiene una sólida mayoría en las dos cámaras del Congreso.
La oposición pueda tener algunas objeciones pero está básicamente de acuerdo con el nuevo convenio.
En Canadá, donde hay elecciones federales este año, hay también reservas en algunos detalles pero
acuerdos generales en torno a la importancia del nuevo tratado.
Y es hasta posible que los llamados a reajustar partes objecionables del T-MEC esperen hasta que
la ratificación estadounidense sea un hecho.
El tema de migración seguirá como detonante de debates y problemas tanto en Estados Unidos como en
México y entre los dos, pero existe también la posibilidad de acciones conjuntas en búsqueda
de soluciones de desarrollo a medio y largo plazos.
Pero las agendas de debate serán acaloradas, sobre todo en unos Estados Unidos ya en
los prolegómenos de la elección presidencial de 2020.