NORTEAMÉRICA.- A sus 28 años, Bernardo Hernández vivía solo con su pareja en el DF, pero tuvo que abandonarlo hace un año para irse a vivir a Querétaro (a poco más de 200 kilómetros) porque ya no les alcanzó para la renta: pagaba alrededor de 1,200 dólares por un departamento mientras su salario era de 2 mil,amén de la vida con el alma en un hilo.
“Cadavez eran más frecuentes las historias de asaltos, robos, secuestros y de muestras de violencia en general entre nuestros familiares y amigos”, afirma este emigrante del Distrito Federal que comienza a vivir un éxodo permanente después de siglos de ser receptor de la diáspora interna.
La razón principal: las altísimas rentas.
Actualmente, el Distrito Federal ocupa el segundo lugar, después del Estado de México en número de habitantes del país y para satisfacer las necesidades básicas de los casi 10,000,000 de habitantes es necesario una mayor infraestructura que en los últimos años resulta insuficiente entre oferta y demanda al punto que un departamento de 80 metros cuadrados puede llegar a costar hasta 250,000 dólares.
Las viviendas en general se han encarecido un 38% y una de cada cuatro la renta supera los 1,300 dólares. Hernández asegura que su nivel de vida mejoró desde que se mudó a Querétaro y paga casi 30% menos que en la Ciudad de México (800 dólares por un departamento de 90 metros cuadrados).
Es cierto, pues según el Índice de Calidad de Vida, Querétaro y Mérida ocupan los primeros lugares y en la oferta de vivienda y precios justos alcanza un 18%.
Las políticas públicas están a dispar de esta situción. El Instituto de Vivienda del Distrito Federal destina alrededor de 200 millones de dólares frente a los 3,000 necesarios, según los expertos. El mismo Jefe de Gobernación, Miguel Ángel Mancera advierte que se necesitan 70, 000 viviendas para cubrir las necesidades de toda la población actual y sólo se están creando 22,000.
De ahí la desbandada. Los estados que reciben a estos emigrantes chilangos son el estado de México, con 382 mil, Hidalgo, con 37 mil, Veracruz, con 32 mil y Puebla y Querétaro, con 30 mil. De acuerdo con Felipe de Jesús Gutiérrez, secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) , “la Ciudad de México pierde 100 mil habitantes al año, lo que equivale en promedio a 75 familias al día que se irían de la capital”.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), otras casusas del éxodo son la oferta de un mejor trabajo, causas familiares: ser recibidos por allegados en otros estados o seguir a algún miembro que se va, completar los estudios o por motivos de violencia e inseguridad.
A la larga, las consecuencias serán notables: la fuga de talentos, falta de personal especializado en la capital, más jóvenes tendrán que suspender sus estudios para mudarse, separación de familias.